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Esta página contiene las tres oraciones indispensables del católico y otras más. Con ellas podrás alabar a Dios. Pero recuerda siempre que Nuestro Señor, Padre Bueno, prefiere nuestras palabras sentidas. Las que salen de tu misma alma. Estas oraciones o tu propia plegaria. Pero con el sentimiento y simpleza de las mismas aves que vuelan y que el Señor cuida que nada les falte. Somos pichones muy pequeños entre las manos de Dios. Su misericordia es infinita. Puedes haber cometidos los pecados más graves. Él te perdonará. Pero sólo si te confiesas arrepentido delante de uno de sus representantes en la tierra: Un sacerdote. Y recuerda que es una obligación del cristiano confesar y comulgar al menos una vez al año.

 

PADRE NUESTRO

Padre Nuestro que estás en el cielo.

Santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros Tu Reino.

Hágase tu voluntad

así en la tierra como en el Cielo.

Danos hoy, nuestro pan de cada día.

Y perdona nuestras ofensas,

como también nosotros,

perdonamos a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.

 

AVE MARÍA

Dios te salve María. Llena eres de Gracia. El señor es Contigo.

Bendita Tu eres entre todas las mujeres,

Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María Madre de Dios,

Ruega por nosotros, pecadores, ahora,

Y en la hora de nuestra muerte. Amén

 

GLORIA

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo,

ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Amén. .

Oraciones del Movimiento de Schönstatt al cual pertenezco:

Mater Tri Admirabilis

 

Consagración a la Virgen

Oh Señora mía, oh Madre mía,

yo me ofrezco todo a ti,

y en prueba de mi filial afecto

te consagro en este día:

mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón,

en una palabra, todo mi ser.

Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad,

guárdame, defiéndeme, utilízame,

como instrumento y posesión tuya.

Amén

Oración al Espíritu Santo

Espíritu Santo,

eres el alma de mi alma.

Te adoro humildemente.

Ilumíname, fortifícame,

guíame, consuélame.

Y en cuanto corresponde al plan

el eterno Padre Dios

revélame tus deseos.

Dame a conocer

lo que el Amor eterno desea de mí

Dame a conocer lo que debo realizar.

Dame a conocer lo que debo sufrir.

Dame a conocer lo que, silencioso,

con modestia y en oración,

debo aceptar, cargar y soportar.

Sí, Espíritu Santo,

dame a conocer tu voluntad

y la voluntad del Padre.

Pues toda mi vida

no quiere ser otra cosa,

que un continuado y perpetuo Sí

a los deseos y al querer

del eterno Padre Dios.

Amén.