El Santo Rosario

Capìlla Mariana

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Una santa devoción y un sendero hacia Dios.

El Santo Rosario es una oración pedida por la mismísima Virgen María, nuestra Madre del Cielo, a todos nosotros. Cada vez que elevamos nuestra oración, le decimos una vez y otra vez cuánto amamos a maría, como lo hizo el Arcángel Gabriel en su saludo.
 

Modo de Rezarlo

 

1.  La Señal de la Cruz 

2.  El Símbolo/Credo de los Apóstoles   

3. El Padre Nuestro 

4.  En las próximas 3 cuentas el Ave María  

5.  El Gloria 

6.  Anuncio del Primer Misterio, y el Padre Nuestro, etc. 

7.  En las próximas 10 cuentas el Ave María 

8.  El Gloria 

9.  Anuncio del Segundo Misterio y Padre Nuestro, etc. 

10.  La Salve a María  

 

                                      

 

1.La Señal de la Cruz 

Algunos por costumbre comienzan el rezo con:

+ Por la señal de la Santa Cruz, + de nuestros enemigos + líbranos Señor, Dios nuestro. + En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Otros comienzan simplemente con:

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. 

 

 

Símbolo/Credo de los Apóstoles 

Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; y nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato; fué crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Esprítu Santo, en la Santa Iglesia Católica; la comunión de los santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. 

 

 

 

El Acto de Contrición 

Por costumbre, algunos rezan el Acto de Contrición, otros no. Puede usarse otra versión aceptada. 

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén. 

 

 

 

El Padre Nuestro

 

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

 

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación, y líbranos del mal. Amén.

 

 

 

El Ave María 

 

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.  Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.  Amén.

 

 

 

El Gloria 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.  Amén. 

 

 

Jaculatorias 

 

Por costumbre, se usa una de las tres siguientes: 

 

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos gran Señora. Amén.

 

¯¯¯

 

María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

 

¯¯¯

 

¡Oh! Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia. Amén.

 

 

 

 

 

La Salve 

 

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!

 

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.  Amén.

Modo de rezar el Rosario.

La estructura Santo Rosario es una oración pedida por la mismísima Virgen María, nuestra Madre del Cielo, a todos nosotros. Cada vez que elevamos nuestra oración, le decimos una vez y otra vez cuánto amamos a maría, como lo hizo el Arcángel Gabriel en su saludo.básica del rezo de Santo Rosario se basa un Padre Nuestros; Diez Ave María y un Gloria. Cada una de estas cadenas de oración, debe estar precedida por la meditación de uno de los llamados miesterios. Estos están dados en un orden por la Iglesia y es el siguiente:

 

MISTERIOS GOZOSOS

Lunes y  Sábado

 

«...meditar los misterios «gozosos» significa adentrarse

en los motivos últimos de la alegría cristiana y en su sentido

más profundo. Significa fijar la mirada sobre lo concreto del

misterio de la Encarnación y sobre el sombrío preanuncio del

misterio  del dolor salvífico. María nos ayuda a aprender el secreto

de la alegría cristiana, recordándonos que el cristianismo es ante

todo evangelio, 'buena noticia', que tiene su centro o, mejor dicho,

su contenido mismo, en la persona de Cristo, el Verbo hecho

carne, único Salvador del mundo... ». *

* (Rosarium Virignis Mariae, Juan Pablo II, Cap. II, 23)

 

 

 

I. La Anunciación del Ángel a María

 

II. La Visita de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel

 

III. El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén

 

IV. La Presentación de Jesús en el Templo

 

V. El Niño perdido y hallado en el Templo.

MISTERIOS DOLOROSOS

Martes y Viernes

« Los Evangelios dan gran relieve a los misterios del dolor

de Cristo. La piedad cristiana, especialmente en la

Cuaresma, con la práctica del Via Crucis, se ha detenido

siempre sobre cada uno de los momentos de la Pasión,

intuyendo que ellos son el culmen de la revelación del amor

 y la fuente de nuestra salvación. El Rosario escoge algunos

momentos de la Pasión, invitando al orante a fijar en ellos

la mirada de su corazón y a revivirlos. » *

(Rosarium Virignis Mariae, Juan Pablo II, Cap. II, 22)

  1. La Oración de Nuestro señor en el huerto de los olivos.
  2. La flagelación de Nuestro Señor Jesucristo.
  3. La coronación de espinas.
  4. Jesús con la Cruz a cuestas camino al Calvario.
  5. La crucificción y muerte de Nuestro Señor.

 

MISTERIOS GLORIOSOS

Miércoles y Domingos.

« La contemplación del rostro de Cristo no puede reducirse

a su imagen de crucificado. '¡Él es el Resucitado!'... El Rosario ha expresado siempre esta convicción de fe, invitando al creyente

a superar la oscuridad de la Pasión para fijarse en la gloria de

Cristo en su Resurrección y en su Ascensión. Contemplando al Resucitado, el cristiano descubre de nuevo las razones de la propia

fe, y revive la alegría no solamente de aquellos a los que Cristo

se manifestó –los Apóstoles, la Magdalena, los discípulos de Emaús

–, sino también el gozo de María, que experimentó de modo

intenso la nueva vida del Hijo glorificado. » *

(Rosarium Virignis Mariae, Juan Pablo II, Cap. II, 23)

  1. La triunfante resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
  2. Su gloriosa Ascención al Cielo.
  3. La venida del espíritu Santo sobre los Apóstoles y María.
  4. La Asunción de María al Cielo.
  5. La Coronación de María santísima como reina y Madre de todo lo creado.

Misterios Luminosos.

« Pasando de la infancia y de la vida de Nazaret a la vida

pública de Jesús, la contemplación nos lleva a los misterios

que se pueden llamar de manera especial 'misterios de luz'. En realidad, todo el misterio de Cristo es luz.  Él es  'la luz  del mundo'.» (Jn 8, 12) *  (Rosarium Virignis Mariae, Juan Pablo II, Cap. II, 21)

 

 

I. Su Bautismo en el Jordán

 

II. Su Autorrevelación en las Bodas de Caná

 

III. El Anuncio del Reino e Invitación a la Conversión

 

IV. Su Transfiguración

 

V. La Institución de la Eucaristía

Nuestro Papa Juan Pablo II recomendó desde siempre el rezo del Rosario en familia

Esteban A. Delisio         Septiembre de 1.999.-